jueves, 17 de abril de 2014

El fuego que no pudo robar Prometeo – Poesía



La poesía siempre es bella, pero ¿es lo más importante la belleza? ¿Acaso no es más importante el sentimiento? Bellas poesías están hueras, no buscan un fin, tal vez no sea esa la labor de la poesía, del mismo modo que no todos los huevos son incubados saliendo de ellos un ave. Siendo joven, esa poesía me gustaba, tropecé con Miguel Hernández como por accidente. No vi la luz, pero desde entonces ando intentado robar el fuego que no pudo robar Prometeo, para poder ver, pero también para calentar las lentejas.  No pretendo emular a Prometeo, que busco el modo de que el hombre  saliera de la Tierra, de la oscuridad a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida,pero no ser libre.
No sé hasta que punto soy capaz de transmitir en esta "proesía" ese anhelo, esa búsqueda del fuego que no pudo robar  Prometeo

El fuego que no pudo robar  Prometeo – Poesía


Mirad la luna roja tras el cristal
Y no darse cuenta de sus lágrimas,
Ignorando el sufrimiento
Con los ojos del rey
Presidiendo el banquete.
En días como estos
en que la senil arruga se refugia bajo el puente,
y las infantiles risas se refugian bajo el cartón,
En estos días debería revolucionarse el corazón.
Si el río se desborda…
La culpa del imprudente que se refugia bajo el puente,
yo estoy a salvo, canto a la belleza, canto a la vida.


Ya no existen poetas prometeicos,
 existe la poesía por la poesía,
la belleza por la belleza.
Gaviotas hambrientas devoraron los hígados de Prometeo.
Hércules, libertador de Prometeo…
Ahora corrompido
Por el poder del más ruin de los dioses
Empuña la eslinga
Que degolló la esperanza antes de renovarse la rabia…
Aspira a sentarse en su trono.
De nada sirve el fuego sino calienta la vida...
¿y la poesía ?


Poema incluido en el libro :

Las abarcas del campesino analfabeto que soñó ser poeta


                                  

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