domingo, 6 de julio de 2014

Que nadie me pida que cierre los ojos - Poesía


Paseando por la playa Torre de la sal,  de Cabanes-Castellón, encontré a una familia viviendo en una tienda de campaña. Entablé conversación con ellos y me dijeron que el banco con la colaboración de la policía les había robado la casa dos días antes.  Un caso más de otros muchos.


Tardes como está no apetece llorar,
sino pasear por la orilla  del mar,
con el agua mojando mis pies
y la brisa acariciando mi rostro.
Mas mis ojos no son fríos diamantes
de una insensible joya,
soy las arenas que pisan las abarcas
del campesino sin tierra,
del obrero sin obra.



No me digas que cante al amor,
de suspiros a la luz de la luna
o caricias al alba…
Ni que estos malos versos
hablen de paz y serenidad,
cuando me duele la garganta,
lloran mis ojos
de ver el dolor de quien
todo perdió…


No me digas que cante al amor.
Prefiero ser poeta maldito,
que busca la luz en la oscuridad,
con versos de hilos desilachados
de la bandera rota
de los perdedores, de los derrotados…


No te equivoques,
ni te llames a engaño,
derrotado no es rendido,
 ni sumiso vasallo.
Los vencidos se levantan,
con su bandera rota...
comienzan la batalla
 y encuentran el camino.


©Paco Arenas



Enlace para descargar el  libro entero:

Pisando barro, soñando palabras




Poema incluido en el libro :

Las abarcas del campesino analfabeto que soñó ser poeta



                                  


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