Miles de esperanzas muertas regresan al asfalto
buscando creer en buitres carroñeros,
que hablan de desiertos floridos de esperanza,
de sinfonías de lluvias vigorizantes
a la salida de túneles sin salida.
Septiembre. ¡Oh septiembre!
Obreros mal pagados,
besan la mano del
patrón que les explota,
hay frío en su frente
y sumisión en sus ojos.
Empieza a llorar la dignidad violada.
Ya lo sé, soy un hereje…Sí, lo sé.
No creo en dioses poderosos,
ni en profetas del paraíso perdido;
la hojarasca está seca al final del túnel,
los brotes verdes marchitos
y las gentes derrotadas sin presentar batalla.
Espero la fría mentira,
Escuchando el balar los corderos camino del matadero.
¡Oh septiembre!
Martillos fundidos sobre fraguas apagadas
golpean sobre la arena dispersa,
sobre arena dispersa.
©Paco Arenas 31 de agosto 2015
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